RETOS que se convierten ESPECIALES
¡Y tan especiales! Yo sigo con una resaca emocional que no os podéis ni imaginar :-)
Han sido muchos meses de organización y de preparación previos para intentar que todo saliese como nos habíamos planteado y poder llegar a cumplir con nuestro objetivo principal: DAR VISIBILIDAD Y APOYO a las mujeres de la Asociación AELAM (Linfangioleiomiomatosis) y al DEPORTE FEMENINO.
Y por fin llegó el gran día, que con tantas ansias estábamos esperando. La noche del viernes al sábado apenas pude dormir por los nervios y por un malentendido sobre los seguros de algunas participantes, pero finalmente pudimos solucionarlo con la ayuda de la organización.
El sábado a medio día empezaba nuestro gran reto, pero nosotras llegamos a primera hora (8:30h de la mañana) para ir montando las carpas e ir preparando todo antes de que fuesen llegando las chicas. El reto ya iba tomando forma, se estaba haciendo realidad.
Parecía que nos mudábamos de casa una semana jajaja. Que si tiendas de campaña, carritos de la compra, sacos para dormir, mantas, camping gas, bizcochos, … A medida que iban llegando las chicas, se les entregaba la camiseta diseñada y personalizada para dar más visibilidad.
¡Qué emoción! Ya reunido el primer grupo, cada una con su dorsal y el chip, nos colocábamos todas en la línea de salida para darles ánimos antes del pistoletazo. ¡A por las 24 horas sin parar! Iban pasando las horas, las vueltas, y las caras de las chicas siempre eran las mismas, caras de FELICIDAD. Ya fuese andando o corriendo, cada una aportando su granito de arena durante esa hora.
Se iba oscureciendo, caía la noche, pero ni el frío nos lo impedía. Claro que el chocolatito calentito con churricos no podía faltar jajaj.
Ya habíamos tomado la misma rutina antes de que saliese el siguiente grupo; reunía a las chicas, repartía dorsales, nos acercábamos a la “zona de boxes” hacíamos la foto de grupo y luego cada una decía unas palabras a la cámara. Para mi y las chicas que estaban ahí de principio a fin era como un ritual, acompañar al siguiente grupo y ver sus caras de motivación y alegría y ver llegar al grupo anterior con las mismas ganas. Cada hora era un festival.
Incluso íbamos comentando que las horas se nos pasaban demasiado rápido (quizás a esas horas ya no sabíamos ni lo que decíamos jajaja). Había momentos que necesitaba tumbarme un rato, solamente cerrar los ojos y descansar, ¡solo 5 minutos eh!
Y por fin amanecía, bendito amanecer. Había participantes de todas las edades, corriendo las 6 horas, 12 horas y hasta las 24 horas. ¡Menuda locura!
En este reto hubo otro momento especial, poder compartirlo con mi familia y ver como se superaban ellas mismas. Os quiero.
Con una mezcla de sentimientos de alegría y tristeza (porque llegaba a su fin este reto solidario) llegaba el turno del último grupo, mi turno. Fue un final apoteósico, donde nos juntamos todas las mujeres en la última vuelta para llegar TODAS JUNTAS gritando saltando y llorando de la emoción.
Solamente tengo palabras de agradecimiento y cariño. Gracias por el compromiso, por el respeto, por el trabajo en equipo, por ayudaros y animaros, gracias por la solidaridad.
Ha sido un fin de semana único e increíble.
A vosotras, las protagonistas, mujeres LAM, que nos habéis demostrado que sois unas guerreras y muy valientes. Sois un ejemplo para todas nosotras y ha sido un auténtico placer conoceros y luchar juntas.
GRACIAS
Comentários